Un nuevo escándalo en el que está involucrado otro congresista estalló este martes luego de que uno de sus escoltas lo denunció por agresión y por conducir en aparente estado de embriaguez el vehículo asignado a su servicio.

Se trata de Jhon Fredy Núñez Ramos (Circunscripción Especial de Paz del Caquetá) quien el pasado 23 de diciembre protagonizó un hecho bochornoso cuando en estado de embriaguez agredió física y verbalmente a su escolta José Taborda Arango.

Los hechos se presentaron a las 12:37 de la medianoche cuando Núñez pretendía que el agredido tomara una calle en contravía, pero como se negó, le pidió que le entregara la camioneta para conducirla.

En vista de que Taborda no atendió su orden, empezó a golpearlo, hasta hacerle perder el control del volante, por lo que estuvieron a punto de accidentarse.

“El señor representante Jhon Fredy Núñez Ramos estaba en alto estado de embriaguez ya que estaba consumiendo bebidas alcohólicas desde el 22 de diciembre a las 12:30 del mediodía”, revela el escolta ante la Unidad Nacional de Protección seccional Caquetá.

En vista de que el congresista no paraba de agredirlo, el escolta detuvo el vehículo y se bajó del mismo. “Se abalanza encima de mí para intentar pegarme y con malas palabras me dijo ya no lo necesito”.

Taborda afirma que Núñez condujo la camioneta en estado de embriaguez y lo dejó abandonado en la vía, lo que no solo puso en riesgo la vida de él sino de los otros dos patrulleros que lo acompañaban y la esposa del congresista que no tuvieron tiempo de bajar del vehículo.

La Unidad Nacional de Protección expidió un comunicado rechazando los hechos.

“La UNP Colombia deplora y condena los hechos bochornosos protagonizados por el parlamentario del Caquetá, Jhon Fredy Nuñez Ramos, que el pasado 23 de diciembre, en estado de alicoramiento, maltrató y lastimó a las personas de protección que lo acompañaban”.

Para la UNP, Núñez no solo puso en riesgo su vida al conducir el vehículo, sino que también expuso a su propia esposa y todo el personal del esquema (agentes de policía y personas de protección) “que tuvieron que soportar la patanería y los excesos del protegido”.

“El acta de implementación, firmada por él, es clara respecto de la prohibición del consumo de licor, de quien debe conducir el vehículo y cómo acatar el protocolo de amparo y debido respeto por la dignidad de las personas que ofrecen su vida en aras de la protección”, añade la Unidad.